En este sector, nos encontramos inmersos en el sendero y rodeados de especies de arbustos.

 

Por un lado, tenemos al calafate (Berberis buxifolia), arbusto siempreverde presente en la Patagonia andina. Cuando jóvenes, sus ramas son de color rojo oscuro, y cuando son maduras cambian a gris. En las mismas poseen espinas trífidas (hendidura con tres espinas) y hojas elípticas verdes.

 

Sus flores aparecen en el mes de octubre y son de color amarillo, y sus frutos son bayas de color violeta oscuro. El fruto era sumamente preciado por los nativos. Actualmente son consumidas en su estado natural, o bien se las utiliza para la preparación de dulces y vinos. Son muchas las leyendas que incluyen a este arbusto. La más popular dice que aquel que coma de sus frutos, regresará a la región por más.

 

También está presente la mata negra (Chiliotrichum diffusum), arbusto siempreverde que puede crecer hasta 1,50m de altura. Sus hojas son delgadas de color verde oscuro en la cara superior y blancuzco en la inferior, y su inflorescencia semeja una margarita pequeña,  la cual florece en este sector del bosque entre noviembre y enero. Es una de las especies con más adaptación al suelo y clima locales. Su madera  era utilizada por los nativos en la confección de flechas.

 

Se puede observar la parrilla o zarzaparrilla (Ribes magellanicum) arbusto que no supera los 2m de alto. Sus hojas pueden alcanzar los 9cm con tres lóbulos, de color verde oscuro. Las flores son diminutas de color amarillo o rojo, y se presentan en racimos. El fruto es una pequeña baya comestible de color negro-azulada. Los yaganes utilizaban tanto las hojas como la corteza para preparar infusiones contra el dolor de estómago, y la madera era utilizada para la fabricación de flechas ya que poseía la ventaja de mantenerse a flote en el agua.

 

Por último, podemos encontrar al michay (Berberis ilicifolia), arbusto que crece hasta los 2m y conserva todas sus hojas durante todo el año. Sus hojas son de color verde oscuro, parecidas a las del muérdago, con 1 a 5 pares de espinas. Sus flores son de color naranja o amarillo dorado y crecen de 4 a 8 pedúnculos;  las mismas florecen a partir de septiembre. Su fruto es una baya violácea comestible.

 

 

Textos: Tec. en Turismo Marisol Martinez
Revisión: Mag. María Laura Borla
Fotografía: Abel Sberna